Será que ya te has hecho esta pregunta antes?
La única vez que no eres tu ego es cuando puedes ver tu ego sin juzgarlo, cuando puedes ser el observador neutral del ego. No confundas eso con estar disociado y fuera del cuerpo. Se trata de estar conectado contigo mismo y con tus acciones y reacciones, y ser capaz de reconocer, casi en un estado de asombro, ¡vaya, mira cómo reaccionó mi yo herido en esa situación! Me pregunto qué causó esa reacción.
El ego nunca tiene sentido porque procede de un lugar herido, impulsado por la emoción y desencadenado por situaciones que hurgan en viejas heridas, suscitando reacciones defensivas. Y en lugar de responsabilizarse de sí mismo, el ego busca a alguien a quien culpar. Sólo cuando el observador compasivo se pone al frente y en el centro, puedes estar seguro de que procedes de un lugar más elevado. Así que la mayoría de las veces actuamos desde el yo herido.
Tu alma es multidimensional y tiene muchas, muchas capas.
Me gusta utilizar la metáfora de las muñecas rusas apiladas. Tu cuerpo es la muñeca del medio y alrededor de tu cuerpo están las muchas capas multidimensionales que llamamos tu alma. Cuando no vienes del ego, eres la conciencia de tu cuerpo, que es parte de tu alma. El Alma existe fuera de la Matriz Falsa, el ego existe dentro de la Matriz Falsa. Cualquiera de los dos puede expresarse a través del cuerpo.
Sólo tú conoces la manera precisa de moverte para que el cuerpo libere tensiones y cree espacio para que fluya la energía. Es una forma muy profunda de ponerte en contacto físico y tomar conciencia de la potencia de habitar conscientemente el cuerpo. Te das cuenta de que estás dentro de tu propia Alma y de que a tu alrededor están anidadas las muchas capas de tu Alma. Una vez que estás plenamente presente en tu cuerpo, puedes dejarte respirar por tu Alma.
En realidad, se trata de tomar conciencia de lo que normalmente es un acto inconsciente. Cuando tomas conciencia de tu respiración, ésta empieza a adquirir su ritmo natural. Cuando sintonizas con tu respiración, puedes sentir que hay un espacio infinito para ella, así como una profundidad infinita. Cuando puedes relajarte en esa expansividad, estás empezando a explorar verdaderamente la Presencia de tu propio cuerpo. Entonces puedes ser consciente de que tu Alma está respirando contigo, respirando a través de ti, respirando en ti, e infundida en tu respiración está tu Alma. Esta es una manera tan simple pero profunda de conectar con tu ser superior. Hacer este nivel de trabajo te permite literalmente cambiar la frecuencia del cuerpo y actualizarlo.
Dios, el Universo, el Alma, están todos intrínsecamente conectados. En Presencia, llegas a experimentar el YO SOY, el verdadero TÚ. Imagina lo que es posible cuando respondes al mundo que te rodea desde el lugar del Alma en lugar del ego herido. Cuando estás en tu alineación superior, permitiendo que el Alma te respire, estás literalmente devolviendo a Dios al mundo.
Kerry K.
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