El andar directo de Neptuno en Piscis detona una astrología de aceleración: el 30 de noviembre acontece un eclipse penumbral, y comenzamos un conteo regresivo hacia el Solsticio, hacia el grado 0 de Acuario con la diada Júpiter-Saturno.
Si algo ha sucedido este 2020 es que hemos tenido una limpia profunda de los espacios del alma que no habíamos logrado elaborar: viejos duelos, ciclos sin cerrar, emociones congeladas, espacios para reflexionar.
Hemos vivido muchas vidas. Hemos cruzado o estamos cruzando el eje vida-muerte-renacimiento. Estamos avanzando por el Gran Cambio de Tiempo, de Piscis a Acuario.
Piscis nos ha enseñado a polarizar para entender y a fundirnos para integrar y sanar. Sin embargo, la entrada en Acuario nos ha pedido dejar de caricaturizar la polarización y la sanación.
El 20 de diciembre el Sol -que hace posible la vida en este sistema- se alineará en directo con el corazón de la Galaxia luego de 26000 años, mientras Saturno (organizador del tiempo) y Júpiter (guía espiritual) se colocan en el Grado 0 de Acuario.
Neptuno es el regente de Piscis. Y no es casualidad que sea el que detone nuestro paso y acceso a un nuevo tiempo. Porque es Neptuno el que nos enseña a cruzar de lo intangible a lo tangible. Es el que nos recuerda que nos estamos ensoñando (retrógrado) y que también, necesitamos despertar (directo).
Así, llega la marcha directa de Neptuno el día de hoy.
Cuando Neptuno está en periodo de retrogradación nos contacta con el arquetipo interno de la artista, de la soñadora, de la que enlaza mundos paralelos en el sueño, la que contacta una semilla-potencial.
Y en marcha directa Neptuno nos devuelve a la Tierra para despertar, para traer el sueño y volverlo visión direccionada, para mirar la semilla e imaginar y cocrear un mundo para ella.
Este es un tiempo para despertar, para avivar nuestra capacidad de ensoñar: ir al mundo no tangible para traer en el cuerpo la visión a lo tangible a lo que nos pide ser materializado y cocreado. Para reconocer que somos constructoras activas de la realidad, y que esto sólo sucede cuando nos comprometemos con nuestros sueños y los traemos a tierra.
Preguntate:
¿Qué es eso que he soñado con ver y experimentar en la Tierra? ¿Cómo es el mundo ideal que anhelo? ¿Cómo se ve y se siente mi servicio ideal? ¿Cómo puedo dar soporte a quienes ya están ofreciendo servicios del corazón para una nueva tierra? ¿Cuál es la utopía que ahora puede ser?
Neptuno está directo y con ello el llamado a despertar se hace presente. Y este despertar es conectar con nuestra capacidad para hacer tangible el sueño, desde nuestra participación individual y colectiva. Los muros del viejo sistema que parece encarcelarnos son también ilusorios, y Neptuno nos lo dice.
Hoy se abre de nuevo la puerta al Infinito donde reside la sabiduría para clamar poesía en la Tierra. Hemos venido a experimentar lo más bello, sublime y generoso del Gran Cambio de Tiempos, no decidamos cocrear nada menor a eso.
Karina Falcón, Mujer Lunar
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