Fluye con las aguas cósmicas de la renovación

Estamos entrando en un profundo punto de inflexión en el año transformador de 2025. La estación directa de Plutón a 1° de Acuario expone lo que durante mucho tiempo ha estado enterrado en la psique colectiva: dinámicas de poder sin sanar, desequilibrios sistémicos y verdades emocionales que esperan salir a la luz. Este es el proceso de purificación de Plutón: la sombra revelada, la ilusión disuelta, el empoderamiento restaurado.

Solo unos días después, el sábado 25 de octubre, se forma el Gran Trígono de Agua entre Júpiter en Cáncer, Neptuno (que regresa) en Piscis y Mercurio/Marte en Escorpio, un triángulo celestial de profunda sanación emocional y claridad intuitiva. Estas aguas suaves y fluidas llegan como un bálsamo cósmico, calmando la fricción de las recientes activaciones ardientes y restaurando la armonía interior.

El efecto dominó de cero grados

A lo largo de 2025, hemos sido testigos de una iniciación tras otra de cero grados, con dos poderosos reinicios planetarios en el Punto de Aries, la puerta de entrada de la manifestación y la acción.

🔥 Marzo de 2025: Neptuno entra en 0° Aries.

🔥 Mayo de 2025: Saturno entra en 0° Aries.

Juntos, estos tránsitos marcan el inicio de nuevos ciclos en la conciencia, la espiritualidad y la estructura. Aries, regido por Marte, aporta calor, fuego e impulso. La progresión de cero grados actúa como un efecto dominó, sacudiendo todo lo que es inestable, sin fundamento o insostenible: ¡un reinicio global!

El próximo Gran Trígono de agua fluye como un bálsamo calmante y purificador, enfriando, sanando y reequilibrando el sistema nervioso colectivo. Restaura el equilibrio emocional y la receptividad espiritual para que podamos integrar con elegancia las grandes iniciaciones de 2025. Este es un momento de gracia cósmica, que ofrece apoyo emocional, profundidad espiritual y la oportunidad de hacer realidad sueños largamente acariciados.

Así es como colaboran los elementos:

🔥 El fuego despierta.

💧 El agua sana.

🌍 La tierra estabiliza.

🌬 El aire integra.

Cuando honramos los cuatro elementos, encarnamos la plenitud, y el plano de la Nueva Tierra comienza a latir dentro de nosotros. El Gran Trígono de Agua actúa como una lluvia tranquilizadora y sanadora tras un año potencialmente intenso, lavando viejos dolores, despejando la confusión y nutriendo las semillas de nuevos sueños. Su influencia puede manifestarse de la siguiente manera:

Procesamiento emocional: un aumento de la inteligencia emocional y la intuición favorece una sanación profunda, ayudando a disolver heridas pasadas y a liberar residuos emocionales.

Claridad intuitiva: las corazonadas, las sincronicidades y los mensajes de los sueños se vuelven más nítidos y fiables, guiándote con una visión a nivel del alma.

Alineación espiritual: el optimismo de Júpiter se fusiona con la sabiduría mística de Neptuno, abriendo un flujo de unidad, inspiración y conciencia expandida.

Conexiones profundas: la compasión y la empatía prosperan, fortaleciendo los lazos con los seres queridos, la comunidad espiritual y la humanidad colectiva.

Impulso creativo: el agua es el elemento de la imaginación, y este Gran Trígono infunde impulso a los proyectos apasionantes y al arte. Es un momento excelente para expresar la visión de tu alma.

Aunque el Gran Trígono de agua es profundamente favorable, tiene su lado oscuro. Para avanzar con elegancia, ten en cuenta estas claves:

Cuidado con las ilusiones: el idealismo de Neptuno, junto con Mercurio en el escrutador Escorpio, puede crear distorsiones o verdades ocultas. Mantén tu discernimiento; no todo es lo que parece.

Mantente con los pies en la tierra: la energía acuosa puede tentarte a dejarte llevar por el escapismo. Utiliza herramientas prácticas (escritura, conexión con la tierra, respiración, Quantum Access ®) para anclar tus sueños en la realidad.

Resuelve los problemas pendientes: con Mercurio y Neptuno en ciclos retrógrados, pueden resurgir patrones emocionales o de comunicación sin resolver. Aprovecha este tiempo para reflexionar, perdonar y aclarar las cosas.

Meg Benedicte