Ayer fue día mundial de la meditación, que es cada 21 de mayo. Pero esto de meditar es en realidad para mi como lavarse los dientes, una práctica diaria e indispensable en mi día a día. Y lo hago con mucho gusto! Ya no es esfuerzo.
Si hay una práctica que recomendaría a cualquiera que quiera mejorar su salud y su calidad de vida en general, la respuesta es sencilla.
Meditar.
Seguramente ya lo habrá visto recomendado en los principales titulares, y es que esta práctica milenaria ha demostrado ser extremadamente beneficiosa para la salud mental y física. Los antiguos la utilizaban con regularidad para lograr una mayor sensación de equilibrio y control en sus vidas, y para curar enfermedades.
Aunque tiene muchas formas diferentes, cada una con sus propios matices, la meditación consiste esencialmente en crear y mantener un estado de conciencia alerta pero tranquilo, en el que la mente es consciente y el cuerpo está relajado. La clave es la práctica regular, idealmente a la misma hora todos los días, para que se convierta en una rutina o un hábito. Una vez que se llega a ese punto, la mente se convierte en una herramienta muy poderosa y el cuerpo es más capaz de poner en marcha su capacidad natural de curación.
Beneficios mentales
Dado que gran parte de la meditación consiste en controlar la mente, no es de extrañar que muchos de los resultados afecten directamente a nuestro estado mental de forma positiva.
En primer lugar, mejora la función cerebral. Como resultado, esto conduce a
mayor fuerza mental y capacidad de concentración
mejor memoria, mejores habilidades cognitivas y más creatividad
el desarrollo de la intuición
una mente más aguda que procesa mejor la información, toma decisiones, resuelve problemas e ignora las distracciones.
Investigaciones recientes de más de 160 estudios diferentes demuestran que la meditación aumenta realmente la materia gris en el cerebro (en áreas relacionadas con la memoria y el pensamiento) al tiempo que cambia el cerebro de una manera que tiene un efecto positivo sobre la ansiedad, el estrés y la depresión.
Neuroplasticidad de la meditación
En realidad, la meditación altera los circuitos cerebrales cambiando las ondas cerebrales en el córtex prefrontal izquierdo, enviando más ondas gamma a través del cerebro, lo que conduce a una información más organizada. Lo increíble es que los investigadores creen ahora que estos cambios (derivados de la meditación) pueden ser permanentes, por lo que incluso una pequeña cantidad de meditación regular puede tener un gran impacto.
Y no te olvides del aumento de la producción de serotonina. Así es, meditar puede mejorar tu estado de ánimo, tu comportamiento y tu nivel general de felicidad.
Beneficios físicos
Si la meditación tiene todos estos efectos positivos en el cerebro, es natural que esos beneficios se trasladen al cuerpo físico. Entre sus muchos beneficios, la meditación ayuda a controlar el ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria, y estos resultados positivos duran más de 6 meses después de cada periodo de entrenamiento.
Además, un estudio de la Facultad de Medicina de Harvard demostró que meditar mejora la producción y el consumo de energía mitocondrial, lo que efectivamente se traduce en más energía, un sistema inmunitario reforzado y una mayor resistencia al estrés.
Otros estudios han demostrado que reduce la presión arterial y ayuda a disminuir los efectos de los trastornos inflamatorios, así como el síndrome premenstrual y los síntomas de la menopausia.
Beneficios en menos tiempo que un telediario nocturno...
Se ha demostrado que meditar 30 minutos al día reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiacas y Alzheimer, y un estudio de la UCLA señala cómo la meditación puede ayudar a tratar el VIH, al detener la disminución de células T CD4 en los pacientes.
Por último, se está investigando cada vez más cómo la meditación puede tener efectos positivos sobre la longitud de los telómeros, que afectan al envejecimiento de las células; es decir, ¡puede incluso aumentar tu esperanza de vida!
Beneficios sociales
Cuando combinas estos beneficios con el hecho de que ahora obtienes regularmente una mejor perspectiva y conciencia de quién eres realmente y cómo funcionas mejor, no te sorprenderá que empieces a ver que tus relaciones también mejoran. ¿Por qué no iban a hacerlo? Estás en mejores condiciones físicas, con un mejor estado mental, y eres capaz de verte a ti mismo y a los que te rodean bajo una luz totalmente nueva. Seguramente los demás también podrán verlo y se sentirán atraídos.
Esto es lo que pasa con la meditación
No necesitas ser un experto en el cerebro para descubrir o confirmar estos efectos positivos. Y lo que es más importante, no necesitas ser un yogui, un swami, un chamán o un monje (o pasar tanto tiempo como ellos meditando) para que tenga un tremendo impacto en tu vida. Basta con que lo experimentes por ti mismo unas cuantas veces, y entonces sabrás por qué millones de personas están adoptando esta poderosa práctica.
Monica A, Nick Polizzi