Las Melisas: La Sabiduría Antigua de la Abeja
- Despertar Dimensional

- 21 jun
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Las Melisas - La Casa de la Abeja
Tejiendo el Cielo en la Tierra a través de los Códigos Reales de la Creación
Los antiguos creían que la abeja era una criatura celestial, enviada directamente a este planeta por la Gran Diosa del Cielo para traer las frecuencias del cielo a la Tierra. Se decía que el néctar de la abeja era una sustancia de pura benevolencia. Amplificaba la dulzura de la vida en todos los sentidos.

Las Melissae (en singular, Melissa en griego) son ninfas oraculares asociadas a las abejas en la mitología griega. Su nombre significa "abeja" en griego antiguo, y eran consideradas mensajeras de la revelación divina, la profecía y el canto. Se las veía como protectoras de la naturaleza y como aliadas de poetas, oráculos, filósofos y escritores.
Las Melisas eran un antiguo grupo de sacerdotisas -principalmente de la región mediterránea- asociadas con los poderes curativos y creativos de la abeja celestial. Ninfas administradoras de la benevolencia de la Madre primordial, eran guardianas no sólo de los grandes misterios de la Creación, sino también de los poderes vivificantes de la Naturaleza y las Artes de la Manifestación, ya que se decía que una Melissae podía «endulzar los corazones de los dioses» para traer abundancia a este mundo.
Si alguna vez le ha fascinado la magia y el misticismo de la familia de las abejas, oyendo susurros de las antiguas sacerdotisas que guardaban sus secretos... Estas son Las Melisas, las cuales eran:
Los Oráculos de Delfos
Las sacerdotisas de Deméter y Perséfone
Las guardianas de los secretos de Artemisa Efesios
Y las parteras de Saith bajo la diosa egipcia Neith
Los antiguos creían que la abeja era una criatura celestial enviada directamente a esta Tierra por la Gran Diosa del Cielo, sin cambios desde su estado celestial.
El propósito de la abeja era tejer «el cielo en la tierra». Lo que hace a través de la polinización de todo el reino vegetal.
Sin la abeja, no tendríamos cosecha. No habría abundancia de frutas, trigo, hierbas, plantas y todas las cosas que realmente nutren, curan y a partir de las cuales creamos.
La magia de la familia de las abejas se consideraba una alta magia creativa. Las abejas son portadoras de frecuencia, su vibración es extraordinariamente alta. Y esto las lleva en su trabajo de cuidar La Manifestación.
Quizás aún más extraordinariamente, los antiguos creían que había mujeres que portaban estos mismos códigos. Que eran «las abejas» del reino humano - Las Melisas.
Eran sacerdotisas, oráculos, parteras y curanderas, cuya magia se decía que «endulzaba el corazón de los dioses». Y polinizar nuestra propia fruta a través de los Códigos Reina, que siempre han gobernado a las Melisas, La Casa de la Abeja.
La historia de la sacerdotisa de las abejas no sólo se remonta a los antiguos griegos, sino también al Antiguo Egipto, la Antigua India (en el Rig-Veda), los minoicos y los antiguos celtas. La diosa celta Brigid estaba estrechamente asociada con las abejas, ya que se creía que fue ella quien trajo las abejas a la tierra desde su huerto de manzanas de otro mundo.
Historias del origen
A lo largo de la historia, ha existido una profunda curiosidad por el origen de las melisas, su trabajo y su herencia. Este interés ha tomado diferentes rumbos a lo largo del tiempo, creando diversas historias y cuentos de hadas en torno a su origen.
El culto a las abejas se remonta muy atrás, de hecho, en el antiguo Egipto, el templo de la diosa Neith (Gran Madre del Sol) era conocido como la «Casa de la Abeja». Pero quizá sea más popular la mitología griega, en torno a las Melissae, que eran ninfas surgidas de las lágrimas de Rea, la Madre de todos los dioses. Nacidas de su dolor cuando su hijo Zeus fue escondido de su padre Cronos, estos seres místicos encarnaban una profunda esencia de cuidado nutritivo. Fueron creadas para preservar y proteger el delicado equilibrio de la naturaleza, especialmente en el ámbito de la polinización. Profundamente agradecido por su inestimable contribución, Zeus, en un sentido gesto de aprecio, transformó a Melissa en una grácil abeja. A partir de ese momento, Zeus sintió un afecto eterno por la dulce esencia de la miel.
Otro cuento cautivador presenta a la ninfa Melisa, un alma gentil que compartió generosamente su sabiduría sobre las maravillas de la miel. Con gran deleite, desentrañó los secretos ocultos en el panal y enseñó generosamente a la gente a crear un delicioso brebaje mezclando miel con agua. Melissa era venerada como una de las diosas benévolas responsables de nutrir la civilización humana. En honor a su importante contribución, la abeja recibió su nombre. La creación de la miel se consideraba mágica y divina, un don concedido a la humanidad.
Las Melissae, las abejas y la miel
En el encantador reino del templo de las Melissae, las sacerdotisas trabajaban en comunión con las abejas, veneradas aliadas estrechamente asociadas a la esencia femenina. Viviendo de una cautivadora manera matriarcal -la Reina dirige a la comunidad en la creación-, estas notables criaturas encarnan una profunda conexión con los secretos de la vida.
En el mundo de las abejas se despliega un equilibrio único entre las energías masculina y femenina, ya que la presencia masculina honra reverentemente y apoya los poderes creativos de la femenina. Visto a través de este prisma, queda clara la fuerte conexión entre Melissae y las abejas.
Significado simbólico
La presencia de las Melissae en la mitología sirve de amable recordatorio de la interconexión de todas las formas de vida y de la importancia de la armonía entre los seres humanos y la naturaleza. Su existencia mítica fomentaba la reverencia por el mundo natural, el trabajo en comunidad en armonía, y nos instaba a andar con pies de plomo y preservar el delicado equilibrio que nos sustenta. Además, las abejas y, en muchos sentidos, las Melissae, eran consideradas a menudo como personificaciones de la fertilidad, la abundancia y el amor nutricio.
Honrar el legado de las Melissae
En nuestro mundo moderno, donde la naturaleza se enfrenta a numerosos retos, podemos inspirarnos en las Melissae y en la sabiduría que imparten. Proteger a las abejas cultivando en el jardín plantas frecuentadas por todas las abejas (no sólo las melíferas), evitando los pesticidas y la recolección, o utilizando miel/cera de abejas y propóleos sólo de quienes trabajan con las abejas de forma ética y sostenible.
Akara Sophia





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