La hermosa abundancia no es tenerlo todo, es vivir, plenamente consciente de que no necesitas nada, disfrutando inmensamente lo que nuestro hermoso universo nos da a cada respiro, toda su magia, todo su aliento, toda su riqueza y plenitud. Su sabiduría absoluta e infinita.
Y nos lo da sin distinción de raza, ni de sexo o especie, sin hacer caso a nuestros comportamientos o juicios. Todo es para todos, todo es de todos, todos somos todo.
El festejo es la vida misma, el ser en armonía, el ritmo de cada célula de nuestro precioso cuerpecito, el canto de los pajaritos, el arrullo del viento, el sostenimiento del árbol. La luz de las familias cósmicas que brillan alto para nosotros. El calorcito de nuestro abuelo sol, la fiesta es para los elementos para honrar todo lo existente en la tierra y en el cielo. La celebración es por el latido y la vibración de la abeja y de la flor y de su ejemplo de belleza sin competencia alguna. La fiesta es con nuestra sagrada agüita que con ella todo y sin ella nada.
Celebremos que en cada respiración podemos llevar a nuestros pulmones un arcoiris cósmico conectándolo con nuestro bello linaje del espiral de nuestra sangre.
Festejo al hombre creador, amoroso, bello, que suda sanación en la danza y que abre los ojos al universo, festejo a la mujer que sangra, que se conecta, que es bruja y sabía, que cura con la mirada, que cura con la palabra. Festejo al árbol que es una antena de recepción molecular. Que es un filtro, que hace alquimia que me enseña la quietud y la sabiduría del tiempo. Festejo a todos los seres minerales, animales, cósmicos, vegetales.
Celebró al ser en cualquiera de sus manifestaciones.
Texto de Lucrecia Astronauta 👩🚀✨🌱🌈♥️
Arte @reetchaa
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