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El código oculto de la naturaleza

En la naturaleza existe una misteriosa secuencia o código matemático que se repite en todas partes, desde la disposición de las hojas, ramas, flores o semillas de las plantas, pasando por la estructura de las frutas y verduras, hasta las proporciones del cuerpo humano. Se conoce como Código Fibonacci o Secuencia Fibonacci y es uno de los aspectos de la Geometría Sagrada, una antigua ciencia que examina los códigos o planos de la creación. El Código Fibonacci también es responsable de las distintas espirales y diseños que se encuentran en las plantas, conchas marinas e incluso en las tormentas y algunas galaxias (galaxias espirales). Estas espirales crecen hacia el exterior en las proporciones de la secuencia de Fibonacci.


La secuencia matemática es la siguiente:


0,1,1,2,3,5,8,13,21,34,55.... y así hasta el infinito. Como puedes ver, cada nuevo número es la suma de los dos números anteriores, así que por ejemplo 8=5+3. Otra característica del código es que al dividir cualquier número de Fibonacci (por ejemplo, 21) por su número anterior (por ejemplo, 13) el resultado siempre será 1:1,618, que también se denomina "Phi". Debido a las bellas maravillas de la naturaleza creadas en esta proporción, también se la conoce como la Proporción Áurea o la Media Áurea.


El código Fibonacci debe su nombre a un matemático del siglo XII llamado Leonardi Pisano, también conocido como Fibonacci. Desarrolló esta secuencia para dar solución a un problema matemático, pero no le dio ningún significado concreto. No fue hasta 1877, cuando el matemático Edouard Lucas publicó varios estudios importantes sobre la secuencia, cuando su significado empezó a hacerse evidente.


Veamos ahora algunos ejemplos en los que se puede observar el Código de Fibonacci.


Pétalos de flores: Casi todas las flores tienen un cierto número de pétalos que corresponden a la


Secuencia de Fibonacci. Por ejemplo, el lirio tiene 3 pétalos, los ranúnculos 5, las espuelas de caballero 8, las cinerianas 13, los áster 21 y las margaritas 34 pétalos.


Semillas: La coneflower tiene semillas anaranjadas que parecen formar espirales curvadas a derecha e


hacia la izquierda. Hay 55 espirales en el borde y 34 espirales hacia el centro. Muchas otras flores similares (por ejemplo, los girasoles) tienen la misma disposición. El número de espirales en cada dirección son (casi siempre) números de Fibonacci vecinos. Las espirales de las piñas también son un ejemplo perfecto de la secuencia de Fibonacci.


Frutas y verduras: En la piña y la coliflor se observan espirales similares.


Conchas: Las espirales de Fibonacci pueden verse claramente en las conchas de caracol y de mar.


Los huracanes: empiezan compactos en el centro y se extienden en las proporciones de la espiral de Fibonacci.


Galaxias espirales: La Galaxia del Remolino, M51, es una galaxia espiral clásica que puede observarse en el cielo nocturno con un par de binoculares.


El cuerpo humano: La mayoría de las partes del cuerpo siguen los números uno, dos, tres y cinco. Tienes una nariz, dos ojos, tres segmentos en cada extremidad y cinco dedos en cada mano. Las proporciones y medidas del cuerpo humano también pueden dividirse según la proporción áurea. LAS MOLÉCULAS DE ADN siguen esta secuencia, midiendo 34 angstroms de largo y 21 angstroms de ancho por cada ciclo completo de la doble hélice.


El arte: Artistas famosos como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel parecen haber reconocido que la espiral de Fibonacci es la expresión de un principio estéticamente agradable: la regla de los tercios. Esta regla se utiliza en la composición de un cuadro; al equilibrar los elementos de la imagen por tercios, en lugar de centrarlos estrictamente, se consigue una fluidez más agradable. Leonardo da Vinci estudió el cuerpo humano a partir de las proporciones de las longitudes de las distintas partes del cuerpo. Llamó a esta relación "divina proporción" y la incluyó en muchos de sus cuadros.


Arquitectura: Parece que los arquitectos de la antigua Grecia conocían la proporción áurea (Phi) en algunos edificios famosos, como el Partenón y la Acrópolis. Estos edificios están formados por un rectángulo cuyos lados guardan la proporción áurea (1:1,618, que es lo mismo que 0,618:1).


La música: Las notas de la escala musical siguen los números de la secuencia de Fibonacci, como puede verse claramente en el teclado de un piano. La octava musical cromática de 13 notas consta de ocho teclas blancas (tonos enteros) y cinco negras (sostenidos y bemoles) dispuestas en grupos de tres y dos, formando una octava completa.


El código Fibonacci en la naturaleza y el cuerpo humano y en el arte








Aunque se han llevado a cabo numerosas investigaciones sobre el tema, los científicos y matemáticos siguen sin estar completamente seguros de por qué el fenómeno Fibonacci parece aparecer en todas partes. Se podría pensar que la razón es obvia. El código Fibonacci indica claramente un diseño inteligente, un diseño que no sólo es eficiente, sino también bello.


La pregunta es ¿quién o qué es responsable de este diseño inteligente? La antigua religión druídica/celta consideraba la belleza de la naturaleza como una prueba de la existencia de un creador inteligente. De ahí que sintieran un profundo respeto por la naturaleza y vivieran en armonía con ella. Podríamos aprender mucho de ellos.


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