Tú estás siempre libre de culpa porque eres santo. Tu vida humana es la ilusión en la que estás por elección para tener experiencias predestinadas. Cuando piensas, sientes o actúas en contra de tu santidad, es un error de juicio del que estás diseñado para aprender y liberarte. Albergar la culpa es un serio bloqueo en tu viaje. La culpa conlleva una vibración muy baja y debe ser liberada o, mejor aún, evitada.
Cuando creas errores, es importante reconocer un comportamiento aberrante y perdonarte a ti mismo. De este modo, la culpa no puede instalarse en tu mente. Pasar de la culpa al autojuicio es un doble error. Tratar de eliminar la culpa echando la culpa al exterior también es contraproducente. No vas a ninguna parte rápidamente. Sólo el ego se deleita en este escenario.
Si te sientes culpable, siéntate en silencio y respira lentamente para entrar en la quietud del corazón. Fíjate en cómo este sentimiento daña tu vida de muchas maneras: cómo intentas apartarlo constantemente y cómo esto sólo lo refuerza.
Encuentra el sentido del humor sobre la pura tontería de permitir el control del ego y déjalo ir. Fíjate en lo que has aprendido de ti mismo en el proceso y agradece la oportunidad de deshacerte de una falsa percepción más. Sigue adelante con un corazón ligero, sabiendo que no tienes culpa -sabiendo que los errores forman parte de la vida y pueden ser remediados- que puedes perdonarte y reparar cualquier daño que hayas causado.
La culpa es venenosa para el alma, queridos, así que no dejéis nunca que este sentimiento se encone. Estamos aquí para ayudarte si te resulta difícil disolver un sentimiento de culpa profundamente arraigado. Puede que culpes a otro por infligirte la culpa, pero esto es sólo su intento de alejarla de ti mismo. No importa si otro inculcó su sentimiento de culpa o si usted lo creó. Simplemente déjalo ir y resuelve actuar sólo desde tu divinidad. Conoce la diferencia entre la verdad y la ilusión.
Robin Dow