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3 rituales matutinos para empezar el día con energía

En palabras del Dalai Lama,

"Un viejo día pasa, un nuevo día llega. Lo importante es que tenga sentido...".


La primera hora después de despertarse es una oportunidad para recuperar el compromiso con una salud robusta, buenos pensamientos y una energía vibrante. Aunque hayas dormido mal o hayas ingerido demasiada comida (o bebida) incorrecta la noche anterior, puedes restablecer tus intenciones cada mañana y retomar el camino.


Con esto en mente, aquí tienes 3 rituales para empezar el día que te ayudarán a llenar de energía tu cuerpo y tu espíritu:


1. Zumo de limón recién exprimido (en el primer vaso de agua)


Los limones son un amargo digestivo. Un digestivo amargo es una hierba, verdura o, en este caso, una fruta que favorece la digestión estimulando la producción de enzimas que descomponen los alimentos. Así, el zumo de limón fresco ayuda a tu cuerpo a absorber las vitaminas, minerales y otros nutrientes vitales de tus comidas, liberando toda la energía potencial que contienen.


También se ha demostrado que exprimir una rodaja de limón en el primer vaso de agua de la mañana mejora el estado de ánimo. Ese golpe ácido tiene un dulce regusto psicológico. Así que si usted es propenso a la ansiedad o la depresión (clínica o estacional), sin duda recomendaría añadir esta dosis de alegría de la naturaleza a su bebida de la mañana.


2. Meditación matutina


Hablo mucho de la meditación porque es un recurso inestimable, y es gratis y fácil. Ha cambiado mi vida y la de millones de personas en todo el mundo.


Si aún no practicas la meditación, te garantizo que empezar a hacerlo te cambiará la vida.


Aquí tienes una meditación muy sencilla que puedes hacer cada mañana:


Siéntate en una silla cómoda o en un cojín en el suelo. Mantén la espalda lo más recta posible, sin forzarla. Respira hondo una o dos veces y cierra los ojos.


Observe su respiración. Pon una ligera atención en ella mientras respiras de forma natural, inspirando y espirando por la nariz. Concéntrate en el espacio que hay justo debajo de la nariz, por donde el aire entra y sale del cuerpo.


Deja que tus pensamientos fluyan como lo hagan. No intentes controlarlos ni "vaciar tu mente".


Pero tampoco te involucres demasiado con tus pensamientos. No los persigas ni los alejes. Deja que pasen por tu mente, mientras mantienes tu atención -siempre ligeramente- en tu respiración.


Si pierdes de vista la respiración, tampoco pasa nada. Cuando te des cuenta de que te has olvidado de la respiración, vuelve a centrarte en ella con suavidad y relajación.


Prueba esta práctica durante 5-20 minutos y luego comprueba cómo te sientes.


3. Estira


No es necesario que hagas posturas de yoga avanzadas a primera hora de la mañana (aunque te felicito si lo haces). Algunos estiramientos básicos pueden marcar una gran diferencia en tu día.


Gira el cuello durante medio minuto, en el sentido de las agujas del reloj y luego en sentido contrario (o viceversa). Extiende los brazos hacia fuera y mantén la posición durante 20 segundos para aliviar la tensión en los costados. Pon las manos en las caderas y haz un pequeño giro lateral en ambas direcciones.


Estos movimientos increíblemente sencillos ayudan a hacer fluir la sangre y preparan las células para absorber los nutrientes del desayuno. También estimulan la liberación de endorfinas, las hormonas de la felicidad, en tu cuerpo.


Espero que las tres prácticas anteriores te ayuden a dedicarte un poco más de tiempo a ti mismo.


Nick Polizzi

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