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Sanando la herida masculina después de la Luna Llena

La luna llena del 28 de marzo que aconteció en Libra nos ha hecho mirar de nuevo una herida que parecía sanada o al menos "contenida", pero que se reaviva como un espejo en nuestras relaciones, pidiéndonos ir a profundidad y al mismo tiempo, dándonos la oportunidad de integrar lo no mirado.

La ventana de luna llena dura tres días, durante esos días lo invisible se hace visible, las aguas llenas de nuestras emociones y sentires nos develan lo turbio y lo bello... lo que estaba debajo; durante la ventana de luna llena se vuelve tangible lo que presentíamos como un tema a mirar, aceptar y celebrar o resolver.


¿Qué se ha presentado en tu vida durante estos últimos tres días? ¿En dónde se observa claramente el desequilibrio? ¿Qué es eso no mirado que pide a gritos ser integrado? ¿Qué energía interna se encuentra desequilibrada: masculina o femenina? ¿Es nuestra relación con lo femenino o masculino lo que reclama?


Quirón se encuentra muy activo en esta luna llena, y por los próximos días estará sosteniendo un sextil con Marte y Nodo Norte en Géminis, mientras está conjunto a Venus, Sol y Mercurio en Aries... Ha llegado el tiempo de hablar de lo masculino herido.


Y cuando te hablo de lo masculino no refiero solamente a "los varones", si no, a la energía masculina en todxs; esta energía que es directa, activa, reactiva, volitiva, protectora, firme e impulsada por la lógica. Esta energía que tomamos de nuestras figuras masculinas y que llevamos como imágenes internas de nuestro padre (biológico y/o de corazón), de nuestros abuelos, de hermanos y varones cercanos.


Quirón en esta configuración de luna llena nos ha pido mirar una herida de identidad, que llevamos en nosotras, en nuestro linaje, en lo que no se ha dicho... que nos confronta a mirar algo que no termina de sanar y que de nuevo, se hace presente como un síntoma, un dolor, violencia o confusión. ¿Qué es lo que no puedes decir y duele? ¿Qué es lo que no puedes mencionar porque de hacerlo te sentirías estigmatizada?


A partir de la luna llena y hasta la luna nueva en Aries (11 de abril), se abre en nuestra historia, cuerpo y memoria la necesidad urgente de mirar cómo danzamos entre nuestras energías masculina y femenina, ¿son saludables? ¿están en desequilibrio? ¿cómo se expresan estos desequilibrios o heridas?

Herida en mi energía femenina:

  • No acciono. Evoco el pensamiento de que "el universo proveerá" pero no creo un plan de acción para manifestar y enfocarme.

  • Soy agresivo-pasiv@ en mis relaciones: Niego estar enojada, luego provoco algo que castigue a esa persona con quien me siento enfada ("cometo errores", "me olvido de cosas", "le dejo de hablar").

  • Creo una caricatura de mi espiritualidad permitiendo en nombre de "mi feminidad sagrada" que otros invadan mi espacio o falten el respeto a valores centrales en mi vida.

  • Sueño mucho, concreto poco. Siento que alguien o algo vendrá a rescatarme.

Herida en mi energía masculina:

  • Acciono todo el tiempo hasta sentirme exhaust@. Siento que para ser necesito hacer, producir, no descansar.

  • Intento controlarlo todo en mi creencia de que sólo así todo estará bien; esto me conduce a espirales de cansancio severo.

  • Soy aguerrida en el sentido de buscar competencia con tod@s, veo potencialmente en cada mujer alguien que puede lastimarme.

  • No creo en mi intuición, no me permito ser apoyada, ni vulnerable; juzgo a los demás (sobre todo a las mujeres). En secreto me gustaría que ocuparan roles sumisos, de los que yo me quiero escapar.


En medio de estas aguas piscianas de cierres profundos, la Luna llena en Libra nos ha dejado ver el inicio de una aventura: la necesidad de sanar a profundidad una herida muy subconsciente, invisible, que solamente se manifestaba en pequeños desajustes pero que ahora se ha mostrado con fuerza e impetuosidad.


Y también, la oportunidad de integrar una energía masculina saludable, encontrar nuestra historia con papá (no lo que verbalizó mamá), nuestro hilo sagrado con los varones del linaje, la sanación de la violencia que nos ha sido heredada y que muchas veces, tan normalizada está que no notamos cuánto nos impide ir hacia nuevas estructuras desde el gozo y la belleza.


Estamos de frente con una herida antigua, pero también con la oportunidad de hacerlo distinto: elegir nuevos caminos con valentía, amor, dulzura. Darle la bienvenida a una nueva energía masculina gozosa, genuina, saludable nos requiere en un sondeo interno de nuestros detontantes, mirar con honestidad nuestros desequilibrios para poder cruzar.

Elijamos cruzar con compasión.


La Mujer Lunar

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