¿Naciste en la fe cristiana?
Muchos de nosotros sí.
(Incluso si no fue criado como cristiano/católico, este sistema de creencias ha influido sin duda en su vida de manera significativa e inconmensurable).
Pero, ¿sabías que la versión del cristianismo que se enseña a la mayoría de la gente hoy en día está profundamente arraigada en las enseñanzas de Pablo y no en el mensaje original de Jesús?
¿Y si te dijera que la versión del «Evangelio» que has conocido toda tu vida no es la que Jesús enseñó en realidad?
¿Qué pasaría si descubrieras que el evangelio original fue reemplazado por algo completamente diferente-algo que el mismo Jesús nunca pretendió o habría aprobado?
Jesús predicó un evangelio de amor y servicio a los demás, llamándonos a demostrar nuestra propia salvación viviendo en perfecta obediencia a la Ley de Uno: Ama a Dios y ama a tu prójimo como a ti mismo.
El evangelio de Pablo, sin embargo, tomó un giro muy diferente, enfatizando la muerte de Jesús como el sacrificio de sangre final, conduciendo al sistema de salvación basado en creencias que conocemos hoy. La pregunta importante es: ¿hay algún registro de que Jesús mismo haya declarado algo de esto? ¿O fue éste exclusivamente el mensaje de Pablo, que nunca conoció a Jesús y que se opuso vehementemente a sus 12 apóstoles?
¿No es hora de que abandones la historia que te han contado y reclames el evangelio original de Jesús?
Un evangelio que te capacita para vivir como un reflejo del amor divino, para caminar tras las huellas de la Conciencia Crística y para experimentar la libertad espiritual aquí y ahora.
La historia del movimiento de Jesús en el siglo I, que nos llevará a una conclusión sorprendente e innegable: Que el evangelio de Pablo de la salvación a través de la confesión de un sacrificio de sangre superó el mensaje original de Jesús de arrepentimiento, amor y el camino de la Justicia.
El Evangelio nunca fue concebido como un sistema de control. Fue concebido para liberar.
¿No se supone que el cristianismo consiste en vivir según las enseñanzas de Jesús?
El Evangelio original de Jesús tiene un enfoque en la vida recta y transformación interior. Para entrar a la vida eterna, obedecer los mandamientos de Dios. Enseñó que él no vino a destruir la Ley sino a cumplirla.
El Evangelio de Pablo habla sobre la salvación a través de la creencia en algo externo a uno mismo. Es "evangelio" del sacrificio de sangre de Jesús para la remisión de los pecados. Para entrar a la vida eterna, confiesa a Jesús como tu Señor y Salvador personal (si no eres pecador; y las demás creencias en el mundo?). Enseñó que Jesús abolió la Ley y que la única Ley bajo la que estamos ahora es confesar a Cristo como Señor.
Durante siglos, la versión del cristianismo que se nos ha enseñado a la mayoría de nosotros parece ser exclusivamente el evangelio de Pablo -centrado en el pecado y la salvación a través de la creencia mental y la confesión verbal- en lugar del mensaje original de Jesús de arrepentimiento, amor y el camino de la Justicia.
Parece haber razones históricas por las que la versión del evangelio de Pablo fue elegida por la iglesia primitiva y cómo alteró drásticamente el curso del cristianismo.
¿Se eligió el mensaje de Pablo para el control político?
Pero, ¿por qué el evangelio de Pablo? He aquí un vistazo:
Poder político: El Imperio Romano buscaba unir sus vastos territorios bajo una única autoridad religiosa. El evangelio de Pablo, que enfatizaba la salvación a través de la fe, era más fácil de controlar y estandarizar, convirtiéndolo en la herramienta perfecta para la unidad política.
Llamamiento a las masas: El énfasis de Pablo en la fe apelaba a un público más amplio, especialmente a los gentiles que no estaban empapados de la ley judía. Hacía que el cristianismo fuera más accesible, mientras que el mensaje original de Jesús exigía una transformación personal y una vida recta.
La institucionalización del cristianismo: A medida que la iglesia evolucionaba hacia una institución formal, las enseñanzas de Pablo proporcionaban una estructura jerárquica clara que respaldaba la autoridad de la iglesia y les otorgaba un poder inequívoco sobre los «herejes». Su doctrina se ajustaba a las necesidades de una estructura de poder centralizada, mientras que las enseñanzas de Jesús sobre la divinidad interior y el auto-empoderamiento no lo hacían.
He aquí cómo el Evangelio de Pablo se convirtió en la piedra angular del cristianismo:
El Concilio de Nicea (325 d.C.): En este momento crucial de la historia, los líderes de la Iglesia, bajo la dirección del emperador Constantino, consolidaron la doctrina de la Iglesia Católica Romana. En este concilio, se decidió que el evangelio de Pablo de la salvación basada en la fe sería el fundamento de la teología cristiana en lugar de las enseñanzas originales de Jesús. Esta elección tuvo una motivación política, dirigida a unificar el imperio bajo una doctrina religiosa cohesiva.
Supresión de evangelios alternativos: Los primeros seguidores de Jesús, como los esenios y los nazarenos, se aferraron a las enseñanzas originales de Jesús: amor, pureza interior y servicio a los demás. Sin embargo, con la llegada al poder de la Iglesia romana, estos grupos fueron perseguidos, sus escritos suprimidos y sus prácticas prohibidas. Lo que quedó fue el evangelio de Pablo, más fácil de institucionalizar y controlar.
La romanización del cristianismo: Con el tiempo, el evangelio de Pablo permitió que el cristianismo se convirtiera en una vasta institución política. Al centrarse en la creencia más que en la acción, la iglesia podía controlar a las masas a través de la doctrina más que del empoderamiento individual. Este cambio tuvo profundas implicaciones espirituales, distanciando a los seguidores del poder transformador del mensaje original de Jesús.
En vez de honrar el mensaje de Jesús como guía para vivir la Ley de Uno, empezamos a adorar a Jesús mismo y a honrar su sacrificio por encima de su mensaje.
Imagina un mundo en el que el mensaje de Jesús -sus enseñanzas de arrepentimiento, amor, obediencia y unidad con Dios- fuera el fundamento del cristianismo.
Ahora imagina lo diferente que sería ese mundo del que conocemos hoy.
Ahora es el momento de quitar las capas de la historia y volver a conectar con las verdaderas enseñanzas de Jesús.
Aaron Abke
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