Con la mayor aceptación de Eris en la Astrología Occidental de la década de 2020 viene también la aceptación potencial de los otros dos planetas KBO que fueron designados oficialmente como un tipo de planeta en los primeros años de este intrigante siglo XXI, llamados planetas enanos por la IAU, a saber, Haumea y Makemake.
Haumea
1.960 km (diámetro ecuatorial – Haumea tiene forma de huevo)
283,3 años (órbita)
(Cinturón de Kuiper más allá de Neptuno)
Descubierto el 28 de diciembre de 2004. Aceptado por la UAI como planeta enano el 17 de septiembre de 2008.
Makemake
1.434 km (diámetro)
309,9 años (órbita)
(Cinturón de Kuiper más allá de Neptuno)
Descubierto el 31 de marzo de 2005. Aceptado por la UAI como planeta enano el 11 de julio de 2008.
La posición de la casa y los aspectos planetarios natales de estos dos nuevos planetas de la Naturaleza reflejan su potencial para una "Profunda conexión con la Naturaleza", incluyendo conceptos de ley natural, de acción correcta, de relación correcta y de decir la verdad. Por lo tanto no sólo se refieren al mundo de los entornos naturales. Más bien hacen referencia a un concepto fundamental de la Naturaleza dentro de la condición humana un sentido espiritual de pertenencia a la Tierra y, en última instancia, al Universo. Junto con Eris, estos nuevos arquetipos planetarios reflejan la conciencia que yace en lo más profundo de la psique, en consonancia con la intención del alma, de la que da fe este importante factor de la naturaleza humana.
Una vez que empiezas a buscar en tu interior tu propia variación de este valor interno, se hace más evidente.
La mitología de estos dos nuevos arquetipos planetarios se presta a la Naturaleza, como se conoce a las sociedades indígenas. En particular, Haumea, diosa de la creación del pueblo hawaiano, era entendida como fuente de fertilidad y alimento; daba a luz a de todas partes de su cuerpo, su vientre, sus pechos, su cadera, y se regeneraba como una mujer joven, casándose con su propio nieto. Imitando el fértil paisaje selvático de las islas hawaianas, tenía una varita mágica que hacía aparecer los alimentos.
Además, es la mamá de Pele, diosa del fuego, el relámpago, los volcanes, la danza y la violencia. Pele se caracteriza por ser una diosa salvaje y rabiosa que, según la tradición de los nativos, habitaría en el volcán Kīlauea. Siento que Haumea tiene algunos rasgos de su hija. Es, por tanto, una representación arquetípica de la propia Naturaleza, siempre dando nuevas formas, siempre renovada.
En cuanto a Makemake, era el dios de la creación del pueblo rapanui de la isla de Pascua, otra sociedad polinesia. Era su dios principal, responsable de la fertilidad humana, y era celebrado por un joven campeón que recogía el primer huevo de charrán de la primavera de una masa rocosa vecina, en una competición que acababa con la elección de su candidato mayor como Hombre Pájaro, el líder chamánico de los rapanui para ese año, que tenía los grandes sueños y servía para guiar a su sociedad.
Con semejante símbolo de la fertilidad y el anidamiento de una nueva vida, cabe destacar que a la población Rapa Nui y a la isla de Pascua les aguardaba un trágico destino; una cultura industrial, que vivía en una tierra fértil con un ecosistema rico y, sin embargo, precario, acabó superpoblando la isla, provocando una deforestación masiva y su posterior desaparición.
Ambos planetas exhiben este importante concepto de Conexión con la Naturaleza, con Makemake retratando una agenda más activista para perseguir cuestiones de consecuencias sociales o medioambientales que necesitan una solución vital en estas décadas díscolas.
Estas interpretaciones te pueden ayudar a ser más consciente de tu propia brújula moral inherente al indigar más en tu Carta Natal.
Henry Seltzer
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