Hoy profundizamos en las enseñanzas fundamentales de María Magdalena, en particular los Siete Poderes de la Ira descritos en su evangelio. Estos poderes, que la Iglesia interpretó más tarde como los siete pecados capitales, pueden entenderse como las siete máscaras o vestimentas que llevamos, cada una de las cuales representa un aspecto diferente del ego o las sombras de la falsedad.
Cada una de ellas representa un aspecto diferente del ego o las sombras del falso yo.
En su evangelio, María Magdalena habla de estos siete poderes que nos impiden ser plenamente humanos y plenamente humanos y divinos. Son patrones que nos desconectan de nuestra esencia divina. Meggan Watterson, en su profunda obra, presenta estos siete poderes no como pecados que hay que condenar, sino como aspectos del EGO que hay que entender y trascender.
Estos siete poderes del Evangelio de María sirven de modelo de lo que significa ser humano. Es como recibir un mapa del terreno interior. Aquí están los lugares en los que, como seres humanos, nos atascamos. Estos son los climas, los estados de ánimo que pueden obligarnos a actuar de maneras que no son indicativas de lo que realmente somos. Estos son los poderes que pueden silenciarnos desde dentro.
Desde una perspectiva teológica, el evangelio de María Magdalena se considera un «relato de ascensión», lo que significa que describe un camino que podemos recorrer para liberar el alma; no en la muerte, sino aquí, en esta vida.
Este es un viaje sagrado de iniciación para cualquier persona dispuesta a reclamar su poder divino femenino y trascender los siete poderes del ego. Está inspirado en las enseñanzas de María Magdalena, para aquellos que se sienten desconectados de su espíritu, superados por los deseos egoicos, y buscan una conexión más profunda con su auténtico yo.
ENTENDIENDO LOS SIETE PODERES
El evangelio de María Magdalena ofrece una perspectiva transformadora sobre estos poderes, animándonos a abrazar nuestra humanidad mientras nos esforzamos por alcanzar la divinidad.
Los Siete Poderes son:
1.Oscuridad - Representa el ego y la ausencia de luz o comprensión.
2.Ansia - Los deseos insaciables que nos distraen de nuestro verdadero propósito.
3.Ignorancia - Falta de conciencia o conocimiento de nuestra naturaleza divina.
4. Autosabotaje - Comportamientos y pensamientos que socavan nuestro progreso y potencial.
5.Esclavitud al cuerpo - Ser controlados por nuestros deseos y necesidades físicas.
6.Falsa paz de la carne - Malentendiendo el verdadero propósito y dones de nuestro cuerpo.
7.Ira - Emociones no resueltas que perturban nuestra paz interior y conexión divina.
Superar los siete poderes
El mensaje de María es claro: el poder para superar estas sombras está en nuestro interior, no en instituciones o doctrinas externas. Se trata de reconocer estos patrones, comprender su impacto en nuestras vidas y elegir transcenderlos a través de la autoconciencia y el amor.
Al hacerlo, nos alineamos con nuestra esencia divina y vivimos de forma más auténtica.
Es más bien así, de Elizabeth Gilbert: «Nunca olvides que una vez, en un momento desprevenido, te reconociste como tu amigo».
Y en ese momento de reconocimiento, es cuando nos salvamos a nosotros mismos, del yo que nunca fue real para empezar. Es entonces cuando vemos con el ojo del corazón.
Colectivo del Resurgimiento de la Magdalena
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